Video de creación en Catalunya DESHEREDADOS DE LA CULTURA OFICIAL Barcelona. Julián Álvarez, 1992 | |
El video de creación catalán (o made-in-Barcelona), sin estar muerto, languidece tristemente de DESAMOR. Aquellos “que se lo hicieron con el video”, cuando éste era joven y hermoso, y aquellos otros que lo "pretendieron”, lo rehuyen hoy por “apestoso” y flirtean desvergonzadamente con el senil cine, o las académicas artes en general. No creo que hoy se produzca menos video que en los años gloriosos. Afirmaría más bien todo lo contrario. Ocurre, eso sí, que el video ya no es ese “acontecimiento” social de entonces. En esa época, no lo olvidemos, cualquier producción “no reglada” tenía su sitio en alguna de las tantas manifestaciones videográficas nacionales. La escasez de producción, juntamente con la abundante oferta de eventos (muestras, festivales, etc.), alimentó el espejismo de una nutrida y cualificada producción. Hoy, que el relumbrón del video ha languidecido, algunos amantes siguen/seguimos estando ahí, finalmente desheredados de la cultura oficial que abrillantó nuestra marginalidad a golpe de cava y canapé. Pero hoy, aunque famélicos y a dieta de agasajos, seguimos estando ahí, inisisto, es decir aquí, en Barcelona, Madrid, La Coruña,… Desamparados, sí, pero no aniquilados. En este sentido no creo que el video catalán -el de creación, me refiero- tenga trazos diferentes al de las otras videografías peninsulares. El video catalán (made-in-Barcelona), pionero y vanguardia de la única España audiovisual internacionalmente homologable, lamentablemente perdió la ocasión de liderar una producción nacional de peso y alcance internacional. El video de la Barcelona preolímpica, y la olímpica del 92, ha estado presente en numerosas exhibiciones internacionales, pregonando la decadencia de aquello que fascinó cuando fue “fenómeno”, pero desencantó con la “normalización”. Sin duda, demasiados elitismos disfrazados de video-art, demasiadas estrellas rutilantes -foráneas y autóctonas- cuyo glamour languideció. Esta es la decadente realidad de la videográfica Barcelona (Catalunya por extensión). Desde luego, los ÚNICOS responsables de las obras -buenas o malas- son los autores, pero los responsables de la escasa producción donde escoger, son ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE las instituciones, que se han desentendido de las imprescindibles infraestructuras de producción.( …) Al igual que en Galicia, el País Vasco o Madrid, nuestro problema es de subsistencia como creadores… Si tengo dinero y no he pagar las máquinas, quizás pueda utilizar actores profesionales, escenografía y vestuario. Si tengo que pagar las máquinas, seguramente habré de renunciar a todo ello y concentrarme en una postproducción con apariencia de experimental. Así de sencillo… Es incomprensible que una ciudad como Barcelona no disponga ni de un sólo centro/laboratorio público de producción. Después de tantos efímeros “eventos” videográficos, ésta es la carencia más sentida y vergonzosa de nuestra pomposa realidad olímpica. Barcelona ha gozado, goza todavía, de ciertos subsidios de la Generalitat : 8 becas de 500.000 pts. anuales, que en 1993 serán 6 de 1.000.000 de pts.. Una Muestra itinerante de video catalán de creación que de ser anual ha pasado a ser bianual (la experiencia más dilatada -ocho años- y una de las más interesantes de cuantas se han materializado en el estado español, a pesar de las dificultades que actualmente tiene para reunir una decena de obras). Y una cuidada muestra internacional, bianual, de video-danza, que co-produce, juntamente con TV-3 (que aporta 3.000.000 de pts en total) tres producciones de video-danza. No es mucho, desde luego, pero tampoco es nada. La nómica de video-creadores en activo en Catalunya es de risa. Aparte de los consabidos catalanes universales (Muntadas, Eugenia Balcells, etc.), y de los históricos ; Joan Pueyo, que ha desarrollado el trabajo más singular -videoesculturas- e interesante del país; Maite Ninou, que se mueve entre la pieza monocanal y la video-instalación, con especial atención a la música; Teresa Picazo, cuya obra en video monocanal reflexiona en torno a la pintura electrónica; yo mismo, más escorado hacia la narrativa y la producción monocanal de autor, entre otros pocos. Me pregunto si la producción de autor en Catalunya, fuera de los reseñados y otros pocos, es marginal, alternativa o clandestina. Creo más bien que es SUBURBIAL. Entendiendo por ello el video que se hace al margen de cualquier política cultural. Hace ya tiempo que se agotó el filón de anécdotas domésticas registradas espontáneamente por el video. Las que actualmente concursan en los programas tipo VIDEOS DE PRIMERAS son pensadas y rodadas para participar y optar a los substanciosos premios. Nunca la TV había estimulado tanto el ingenio y la producción visual. Nunca el video de creación ha tenido tales apoyos y premios. Esto es video SUBURBIAL. No aspiran a ser seleccionados en festivales de video, ni pretenden que les subvencionen, porque saben que nunca ganarían un premio en los concursos de tv. Otro aspecto que me llama la atención, en relación a Barcelona y Madrid, es el “tirón” del cortometraje entre los jóvenes aspirantes a realizadores. El cine, a pesar de la miseria en que se mueve, de que las expectativas profesionales son inexistentes, y las oportunidades de exhibición ínfimas; de que, en general, las condiciones objetivas son mucho peores que las del video, aún así, muchos quieren hacer cine ¿por qué?, por su glamour, por su magia en definitiva, algo que el video no ha sabido/querido cultivar. Entre el video doméstico que concursa en TV y se lleva premios millonarios, y la afición creciente por el cortometraje narrativo entre los jóvenes aspirantes a cineastas, trampea el video de creación, que en Barcelona perdió su “glamour” a finales de los ochenta. El que hay desgraciadamente no resplandece tanto como para deslumbrar, aunque de eso no tenemos la culpa los que lo hacemos, y sí los que se han empeñado en hacer del video una cuestión de montones (festivales) etiquetados de “videocreación”, pero con obras de remitente ANÓNIMO. Si el cine alcanzó su máximo esplendor bajo el sistema de producción denominado StarSystem, así mismo el video catalán, como el vasco, el gallego, y los otros, necesitará sus ESTREALLAS, puntos fulgurantes en el firmamento. Sin cielo estrellado con el que soñar, no habrá video, ni ocasión para hablar de él, como no sea en la festividad de los difuntos. Julián Álvarez. "Cinevideo 20". 11.11.1992 |