VIDEO-ESTIGMAS [La extraña magia de los flashes fotográficos en las grabaciones de video] Julián Álvarez. Barcelona, 1993 | |
Imágenes como las que ilustran este artículo (¿debería quizás llamarlas fotografías?) es el resultado de casuales e imprevisibles coincidencias durante la grabación del video Santa Sevilla (Semana Santa, abril 1993).
Hace algunos unos años que aparecieron en el mercado las video-impresoras, que con la rapidez y economía de una Polaroid permiten obtener directamente, con notable calidad, copias en papel de imágenes videográficas. Las que aquí se muestran, que denomino "video-estigmas", proceden del video Santa Sevilla. Son pues imágenes obtenidas a partir de una cámara de video profesional (Betacam). El exotismo de la Semana Santa sevillana convoca cientos de cámaras fotográficas que salpican la noche de destellos luminosos (flashes). Muchos de estos flashes entran en el campo visual de la cámara de video, registrando ésta el resplandor que altera la continuidad visual de la imagen. Esta alteración dura en pantalla 1/25 de segundo, es decir un frame (dos campos). Explorando en montaje estos flashes pude observar que muchos de ellos -congelados- presentaban unas características que video-fotográficamente los hace excepcionales. En fotografía la iluminación del flash recorta la figura en la noche. Pero en video esa luz parasitaria incide sobre una cámara diafragmada para una luz ambiente determinada (en opción manual). En función del encuadre, del diafragma, del filtro seleccionado, y del ajuste de blancos, tales fogonazos alterarán la imagen, pero esta alteración sólo será perceptible congelando el flash en la pantalla del monitor. Algunas de esas imágenes/frames originadas por los fugaces resplandores de los anónimos fotógrafos fueron pasadas a papel con la videoimpresora Sony UPC-7010P, de formato A4 (210x297mm), que admite ajuste de contraste, color y ganancia, y asimismo componer collages de diferentes tamaños. Los resultados son, en mi opinión, sorprendentes. Desde luego estas imágenes no tienen nada que ver, ni por encuadre, ni por luz/color, con la que esos mismos fotógrafos habrán obtenido con sus propias cámaras. No todos los flashes captados por el video fueron buenos, pero sí los suficientes como para finalmente estimar que el video habría de componerse en buena medida a partir de ellos. ¡Muchas gracias, pues, a mis anónimos colaboradores! Creo que esta aventura exploratoria por la naturaleza física de la imagen fija (foto) y de la imagen en movimiento (video), expresa la íntimas relaciones entre ambos medios, al tiempo que enriquece y amplía sus respectivos horizontes. Extracto del artículo "La extraña magia de los flashes fotográficos en las grabaciones de video", de Julián Álvarez, en la revista "La Fotografía" (Barcelona 10-12-1993). |